No sabemos quién está más nervioso, si Cacota o yo. Yo he estado estos 15 días de campa con los Scouts y aunque he intentado estar entre algodones para no fastidiarme en el último momento, he acabado con 3 intentos de esguince, una cagalera que aún me dura y una impresionante caída desde la mesa que fue tan estruendosa e impresionante que ahora se conoce como "hacer un Adri". Eso sí, caí con toda la pose e hice como si nada. Antes muerto que sencillo. Cacota ha pasado estos 15 días en la maleta.
Con imperiosa necesidad de sentarme en el trono con, a veces alarmante, frecuencia; sin haber dormido en mi cama desde Dios-sabe-cuándo y aún con barro de la Sierra de Gredos en las uñas de los pies; siento que este viaje con 2 aviones y 14h por delante va a ser, cuanto menos, interesante. Por lo menos cagaré en el avión para no perder la costumbre. ¡Ay! Me llevaré a Cacota al retrete del avión por si la apetece parir una Caquita. Es que se reproduce por defecación.
Ya en el aeropuerto. Empiezo a preocuparme porque no hay síntomas de la cagalera y a ver si se me van a ir al garete los planes... Tras decirle a mi familia que tengan cuidado, que se lo pasen bien, que aprendan mucho y todo eso que Cacota y yo les solemos decir; nos hemos pegado una caminata de 5 minutos hasta la puerta de embarque viendo cómo todas las tiendas y restaurantes están cerrados. Pero... ¡Sorpresa! Justo en frente de la E67 un self-service abierto. Así que armados de gula y capacidad de sorprendernos ante los precios, nos hemos acercado a por un helado. ¡¡¡3'25 por un puto Magnum Double Chocolate!!! Pues nos hemos tenido que comprar uno para los 2. A ver si al menos un poco de reflejo gastro-cólico nos hace ir a giñar en el avión.
Y aquí nos tienes, frente a la E67, viendo cómo la pantalla impunemente nos llama "Retrasado" y con 2h por delante hasta que elevemos vuelo cual milano. Esperamos poder contaros pronto historias helenas.
Un besito en el culito. Καληνύχτα.
Adri y Cacota.
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